18 may 2010

Antibiótico

Plañidera en el cementerio musulmán de Nizzamudin


La recibí con una infección estomacal, la segunda que paso aquí. Me encontraba mal, y no sólo físicamente. Yo acababa de llegar de unos días de vacaciones en Europa, maravillosos, así que de vuelta a Delhi vi el 2010 cuesta arriba. Aunque mi ánimo no fuera el mejor, me vi forzada a relajar mi sonrisa contenida, por lo menos para que mi visita se encontrara a gusto.

Quería ser la anfitriona perfecta pero las condiciones no eran las mejores, más allá del tremendo calor del mes de mayo. Durante estos días, sin embargo, ella consiguió cambiarlas, aunque probablemente no lo sepa.
Mi pidió que pusiera música mientras cocinábamos, y me di cuenta de que había pasado días sin escuchar ni una sola canción. Paseamos por barrios de la ciudad a los que hacía tiempo que no iba, otros que ni si quiera había descubierto, otros a los que había decidido no volver y recordé por qué. Conseguí acordarme de mis pasos los primeros meses aquí. Cómo te sientes bien al descubrir cosas y dar respuesta a los interrogantes que se plantean mientras pateas esta cultura –“y esto ¿por qué lo hacen?”-; al reflexionar sobre cómo van las cosas aquí sin llegar a que la indignación te ponga de mal humor; al mirar y no acordarse de que te están mirando todo el tiempo; al dejar que te guste la ciudad pese a que los mochileros que se creen más auténticos la esquivan; y al acordarte de la oportunidad que tienes y no sólo de todo lo que pierdes.

Después de las primeras dosis de antibiótico, mi infección se fue esfumando. Aunque todavía tengo el estómago algo revuelto, agradezco la eficacia de la pastilla amarilla que me recetaron, aquí en la India.

4 comentarios:

  1. Me alegro de que te hiciera tanto bien esa visita ;)

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  2. Yo creo que a ambas os ha hecho bien este encuentro, incluso más de lo que llegáis a imaginar. ¿Para cuándo una visita a Bogotá para animarme la vida a mí también??? jeje

    Un petó ben fort a les dues!

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  3. Jo. Aún desde el sofá de tu casa, confieso que me da un montón de pena marcharme. Ya, ya, que la boda va a ser increible y que India es mucha India como para no salir a conocerla más. Pero es que Nina ha resultado ser también mucha Nina y los cuatro días aquí se han pasado volando! Me voy con la sensación de que he tenido mucha suerte de que las puertas de tu casa hayan sido mi India Gate particular, en serio. Gracias por todo, y en especial, por llevarme un poco de la mano por este lógico caos que es tu Nueva Delhi... ¡¡¡Aunque Aladín es árabe, te pongas como te pongas! Jajajaja.

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  4. Je je..es que aquí en la India, comemos fuerte (de cantidad y sabor), bebemos fuerte (hasta alcohol), incluso el clima es extremadamente fuerte (un calor excesivo, y luego, excesivamente frío en invierno)...asi que, hasta las medicinas que tomamos tienen que ser muy fuertes para poder quitar efectos de cosas tan excesivas!!!.... un beso, Shilpi

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