Fui a una boda india de la que no encuentro el titular, ni el lead, ni la idea. Diga lo que diga, se va a quedar muy por debajo de la experiencia que tuve. Fue llegar al recinto y empezar a alucinar. Así que vomitaré aquella noche a tropezones para que percibáis su esencia.
Luces de colores, carpas, fachadas con la silueta del Taj Mahal. Más de mil personas. Restaurantes temáticos. Un escenario con un altar dorado y tronos para los novios. Música tradicional. Música moderna. Una grúa con la cámara de vídeo. Pantallas gigantes con retransmisión en directo. Muchas joyas doradas. Llegada del novio en carroza tirada por caballos, custodiado por toda su familia y amigos que bailan en un desfile con músicos, lámparas, niños que llevan las lámparas, y fuegos artificiales y petardos (que causan incidentes y alteran a hombres que hacen asomar sus pistolas). Una plataforma elevada, redonda y giratoria sobre la que los novios saludan a una marea de invitados, agolpados a su alrededor unos metros por debajo, mientras un cañón dispara pétalos de flores, creando una cortina roja mientras sube el volumen de la música. Durante muchas horas, los invitados forman línea para hacerse una foto junto a los novios, sentados en el escenario. Dulces típicos. Vueltas al fuego. Robo de zapatos y posterior negociación y venta. La familia de la novia llora su marcha. Pero ya la advirtieron el día anterior, en el sanjeed, cantando canciones sobre la familia política y los insultos que tendrá que soportar de la suegra. Sofás, luces de neón.
Muy kitsch, un kitsch a lo grande. Acaramelado hasta el extremo. Hasta las 6 horas. Pero tengo que reconocer que, a momentos, fue muy emocionante. Una mezcla entre una caída libre y un cuento de hadas. Como una princesa rosa y cursi cantando una canción indie, triste y bonita. Por ejemplo, Sweet disposition de The temper trap.
Quina sort viure-ho en directe! Sembla tret d'una peli de Bollywood...
ResponderEliminarQué maravilla Nina, qué envidia, suena precioso, espectacular! ;)
ResponderEliminarno saps la sort que tens d'haver viscut una experiència així, Nina. Ha de ser increïble...!
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