He salido del trabajo. Después de deambular en busca de un rickshaw, he encontrado uno y me he subido. Le he pedido al conductor que me llevara a los cines de Saket y me ha propuesto cobrar120 rupias. Le he dicho que ni hablar. Pero estaba muy cabezón y yo cansada y con prisas, así que he terminado accediendo a 100 rupias. Cinco minutos después, durante el trayecto y mientras enviaba un mensaje por el móvil, el conductor ha frenado de golpe y yo he subido la mirada para ver qué pasaba. Me he encontrado un panorama que me ha cogido de imprevisto. La inercia me ha hecho salir del rickshaw y preguntar, con voz temblorosa, qué había pasado. Había una multitud en medio de un cruce, al lado de un mercado, todos gritando, que se han lanzado sobre el vehículo en el que iba. Me han pedido que les dejara subir. No entendía nada. Entonces, entre los grises de la noche, se ha asomado un hombre de rojo, luego una mujer de rojo, así hasta cinco personas. Creo que nunca había visto tanta sangre y tan de cerca. Grises, rojos, y yo, blanquísima. Mientras han conseguido embarcar a los heridos y a sus acompañantes que sollozaban, un hombre ha respondido mi pregunta: “fight…”. Me he quedado impactada por el lío y las consecuencias que ha tenido una simple “fight…”. Venía de la redacción, donde el ambiente había sido de continuo goteo de datos de dos grandes atentados en Pakistán, que al final se convirtió en uno enorme. Me ha impactado que, además de la violencia puntual de atentados, la vida diaria sea ya de por sí una jungla, con una puesta en escena similar a los ataques.
Cuando ha pasado otro rickshaw por allí, me he subido y, antes de que arrancara, un policía se ha asegurado de que el conductor pusiera en marcha el taxímetro (que nadie utiliza porque los precios se pactan). Sabía que el trayecto me saldría más barato con taxímetro que pagando las 100 rupias prometidas al anterior conductor. Aún así, después de dejar al policía a diez metros por detrás nuestro, le he dicho al conductor: Saket, 100 rupies. Supongo que me he negado a aceptar que aquí el recorrido suele interrumpirse.
Te extraño ...
ResponderEliminarIncreible... Vas a volver hecha una mujer a prueba de bombas
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